Si tienes una propiedad de alquiler, sabes que la experiencia del huésped está en los detalles, y unos blancos frescos y bien cuidados son clave.
Pero ¿cómo saber cuándo es momento de cambiar tus sábanas y toallas para asegurar el confort y la higiene de tus visitantes? Aquí te damos algunas recomendaciones.
Sábanas: ¡No te Quedes Atrás!
Las sábanas, al estar en contacto directo con la piel, deben mantenerse en perfectas condiciones. La regla general es reemplazarlas cada 1 a 2 años, dependiendo del uso y la calidad del material.
Si la propiedad tiene un alto tráfico de huéspedes, es recomendable hacerlo más seguido, ya que el lavado frecuente desgasta la tela. Si notas que el color empieza a desvanecerse o el tejido se siente más áspero, es señal de que necesitas un cambio.
Toallas: Renovación Constante
Las toallas, al absorber humedad y estar expuestas a un mayor desgaste, deben reemplazarse cada 6 meses a 1 año. Esto puede variar según el uso y la frecuencia de lavado. Si las toallas ya no tienen la misma suavidad o empiezan a oler a humedad incluso después del lavado, es momento de decirles adiós.
La Importancia de la Primera Impresión
Recuerda que los huéspedes perciben la calidad de tu propiedad desde el primer momento en que entran. Tener sábanas y toallas en buen estado crea una sensación de cuidado y limpieza que puede hacer una gran diferencia en sus opiniones.
La inversión en blancos nuevos es mínima comparada con el impacto positivo que puede tener en las reseñas y en la cantidad de reservas.
Consejos Extra
Para alargar la vida útil tanto de sábanas como de toallas, lava a temperaturas moderadas y evita los productos agresivos. Siempre ten un par de juegos extra para hacer rotaciones, manteniendo así la frescura en cada estancia.
Renovar tus sábanas y toallas no solo mejora la experiencia del huésped, sino que también refleja el cuidado y profesionalismo de tu propiedad.